'Nacionaliza' Bolivia lucha contra narco

AutorAlejandro Pairone

Corresponsal

La decisión de Bolivia de suspender por tiempo indeterminado las actividades de la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés) en su territorio, se enmarca en el redimensionamiento de las relaciones políticas y económicas entre La Paz y Washington.

Lejos de tratarse de diferencias en políticas de lucha contra el narcotráfico, se inscribe en un avance de Bolivia para reducir la injerencia de las agencias estadounidenses que suelen moverse con autonomía en su territorio nacional.

La suspensión de la DEA el 1 de noviembre pasado integra una línea de acción iniciada en junio, cuando el Presidente Evo Morales echó de Cochabamba a la agencia estadounidense para la cooperación internacional (USAID) y en septiembre expulsó al Embajador estadounidense, Philip Goldberg.

Además, hace dos semanas anunció la apertura de investigaciones sobre colaboradores de la Embajada estadounidense para confirmar si eran agentes de la Agencia Central de Inteligencia (CIA).

"Nosotros planteamos la nacionalización de la lucha contra el narcotráfico, y eso se inscribe en el marco de las políticas generales de dignidad e independencia de este Gobierno", señaló a REFORMA José Luis Lazarte, vocero del Ministerio de Gobierno, de donde depende la fuerza antinarcóticos boliviana.

El funcionario ratificó las acusaciones de Morales sobre agentes de la DEA que realizaban actos de injerencia y espionaje interno, pero dijo que se trataba de una suspensión, no de una ruptura, para así reformular los acuerdos con el nuevo Gobierno del Presidente Barack Obama, quien asumirá el cargo el próximo 20 enero.

"Hemos mostrado que no rompemos los convenios, sino que suspendemos su aplicación con la posibilidad de retomarlos más adelante si el nuevo Gobierno de Washington acepta mantenerlos en otras condiciones. Se trata de que Estados Unidos y la DEA respeten la dignidad y la soberanía nacional", sostuvo Lazarte.

Los 26 millones de dólares anuales que la DEA destinaba para Bolivia eran más de 50 por ciento del presupuesto nacional para la materia.

Con una dotación de 36 agentes que manejaban una flota de 12 helicópteros, 4 aviones, 16 lanchas, un centenar de vehículos y 7 casas, hasta hace poco secretas; la DEA también pagaba sobresueldos a policías, fiscales y jueces, y detentaba capacidad de veto sobre la jerarquía de las agencias antidrogas bolivianas.

De hecho, ya había reducido sus aportes a la mitad en 2006 en represalia a la negativa de Morales de...

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