Muta narco colombiano

AutorHéctor Estepa

BOGOTÁ.- Los grandes cárteles de Colombia son historia, pero sus herederos se han transformado y siguen poniendo en jaque al mayor productor de coca en el mundo.

Pablo Escobar sembró el terror durante dos décadas en ese país. El "Zar de la cocaína", líder del Cartel de Medellín, fue ejecutado en 1993. Dos años después cayó también el Cártel de Cali.

Las organizaciones más poderosas del narcotráfico internacional quedaron atrás, y con ello, el negocio en Colombia mutó.

A Medellín y Cali les sucedieron, a finales de los 90 y principios de siglo, el Cártel del Norte del Valle, las Autodefensas Unidas de Colombia y las guerrillas de izquierda, los dos primeros formados por las cenizas de aquellos que controlaban el monopolio.

Sin embargo, todos esos grupos desaparecieron a mediados de la década pasada.

Si ahora hay una organización que destaque en el narcotráfico colombiano, ese es el Clan del Golfo, golpeado por las autoridades en los últimos meses. Su líder, Dairo Úsuga, alias "Otoniel", ha ofrecido dejar las armas a cambio de garantías para sus combatientes.

"La forma de organización que impera ahora es tipo red, más vertical", explicó a Grupo REFORMA Juan Garzón, experto colombiano en narcotráfico.

Las estructuras piramidales van quedado atrás. Los patrones todopoderosos, como Escobar, también.

"Los nuevos grupos funcionan a través de alianzas o pactos entre organizaciones locales que se articulan alrededor del negocio.

"Hay algunos que se dedican a comprar la producción, otros al procesamiento, otros más especializados en la exportación y también grupos que invierten en zonas de cultivo"...

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