Musa de muchos rostros

AutorMario Abner Colina

La Muerte para los mexicanos siempre va a representar dos cosas: detrás de la supuesta algarabía y esas ganas de reírse, se están ocultando esas ganas de llorar, asegura Mariano Meza, curador, junto con Érika Contreras, de la exposición La Muerte, el espejo que no te engaña, que se presenta en el Museo Nacional de Arte.

A través de 88 piezas, entre óleos, ilustraciones, fotografías, revistas, dibujos, libros y arte objeto, provenientes de la colección del propio Munal, así como del Museo Franz Mayer y el Museo Soumaya, la muestra recorre en dos núcleos las representaciones que artistas mexicanos y algunos extranjeros realizaron de la Muerte en el correr de los siglos 16 al 20.

"La Muerte tiene diversas caras, hay una muy marcada de la época barroca, del desengaño, reflexiva de las banalidades de la vida, y para el 19 y 20 se ve una muy marcada por la gráfica, para las representaciones populares", explica Érika Contreras.

¡Su vivo retrato!

En el primer núcleo, "La portentosa Muerte", se presentan obras ligadas a la religión, cuyo objetivo era fortalecer la fe de las personas, o piezas que reflexionan sobre la delgada línea entre la vida y la muerte.

Así, pueden verse óleos como "Conversión de San Francisco de Borja", de José de Páez, en la que se representa una escena en la que el comisionado de reconocer el cadáver de la Reina Isabel de Portugal se topa con una imagen espantosa; o "Alegoría de la Muerte", de Tomás Mondragón -para muchos "La" obra sobre la Muerte en México-, donde una mujer es dividida en dos por un espejo, con una mitad mostrando la belleza efímera de la vida, y la otra, un esqueleto...

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