Lo que las mujeres deben saber sobre fertilidad

Tener hijos ha cambiado mucho en décadas recientes. A medida que se han abierto más oportunidades profesionales para la mujer, un número creciente de ellas ha optado por demorar el inicio de una familia, a menudo hasta edades cuando la fertilidad está, naturalmente, en una marcada declinación.

La probabilidad de tener un bebé se reduce entre 3 a 5 por ciento por año después de los 30 años de edad, y más rápidamente después de los 40.

Sin embargo, una reciente encuesta a través de Internet, efectuada por la Asociación Estadounidense de Infertilidad, indica que las mujeres están penosamente malentradas con respecto a su fertilidad, y en lo tocante a qué y cuándo hacer algo para ayudarse en dicho respecto. Solamente una mujer entre 12 mil 382 que completaron el sondeo fue capaz de responder correctamente a las 15 preguntas sobre el ciclo reproductivo de la vida. Más de la mitad de las preguntas de opción múltiple fueron contestadas incorrectamente.

Por ejemplo, el 28 por ciento de las mujeres subestimaron el riesgo de infertilidad, en la creencia de que es una de cada 50 cuando en realidad una mujer de cada 10 tiene grandes problemas para concebir un hijo. Además, el 88 por ciento subestimaron, por 5 a 10 años, la edad en la que la fertilidad de una mujer comenzaba a declinar (respuesta correcta: al final de los veintes). Las probabilidades de quedar embarazada en cualquier mes, de entre 20 y 30 por ciento para mujeres que rondan los 30 años, decrecen a un mero 5 por ciento para mujeres de 40 ó más años.

Por supuesto, ser capaz de concebir tan sólo es una parte del problema para mujeres de mayor edad que desean tener hijos saludables. A medida que una mujer envejece, lo mismo sucede con su riesgo de concebir un niño con una anormalidad cromosómica y su riesgo de experimentar un aborto espontáneo, que el producto nazca muerto, parto prematuro y riesgos a su propia salud.

Si bien casi todas las mujeres saben que la medicina moderna ha desarrollado técnicas para ayudarlas con los problemas de fertilidad y embarazos complicados, todo parece indicar que relativamente pocas están conscientes de los desafíos, económicos y médicos, asociados con estos tratamientos, o con su probabilidad de tener éxito, que a menudo es limitada. Muchas parejas se apresuran a comentar cuando consiguen embarazarse tras la fertilización in vitro, pero muy pocas que no alcanzan el objetivo hablan abiertamente la tensión emocional y otros costos relacionados con el fracaso.

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