Mueven el cielo, mar y tierra para sacarlo

A las 14:30 horas del jueves 7 de febrero, un alto funcionario de la Cancillería se comunicó por teléfono con Marco Vinicio Gallardo para convocarlo a presentarse a las 18:00 horas en el penal de Chalco. Pronto corrieron los rumores de que el General Brigadier Francisco Gallardo sería liberado. La familia del militar, sin embargo, no obtendría la confirmación de la excarcelación hasta las 18:45 horas.

Gallardo -considerado un preso de conciencia en diversos círculos a nivel internacional- dudó de la noticia. Pidió ver el documento que acreditaba su libertad. Aún desconfiaba.

Pero la libertad del militar, exigida por la Comisión Interamericana de Derechos humanos desde 1996 en el informe 43/96, fue obtenida tras meses de trabajo y cabildeos en el Gobierno, principalmente operados desde Bucareli y Tlatelolco.

Fox siempre quiso liberarlo. De acuerdo con altos funcionarios del Gobierno, desde el primer día de su administración Vicente Fox tuvo la convicción de liberar a Gallardo.

El militar permaneció preso desde 1993, un mes después de publicar un artículo sobre la necesidad de crear un Ombudsman que investigara las violaciones a los derechos humanos dentro del Ejército, y estuvo sentenciado a 28 años, bajo los cargos de enriquecimiento ilícito y malversación de fondos.

En febrero de 2001, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos reabrió siete casos de recomendaciones que había dejado pendiente de cumplir el Gobierno priísta de Ernesto Zedillo, incluida la de Gallardo.

En noviembre de 2001, la Comisión Interamericana, alzó la voz y consideró que la solución del caso ya competía a este Gobierno y turnó el asunto a la Corte Interamericana de Derechos Humanos, también dependiente de la OEA.

El envío del caso a la Corte aceleró los tiempos en el Gobierno. En noviembre comenzaron contactos al más alto nivel, entre el Presidente Vicente Fox, el Canciller Jorge Castañeda, el Secretario de Gobernación Santiago Creel, y el Secretario de la Defensa Nacional, Clemente Vega. El 18 de diciembre del 2001, la Corte se pronunció sobre el Caso Gallardo, aunque no ordenó su liberación.

El 22 de diciembre, Gallardo fue trasladado del penal de Neza al de Chalco, una cárcel de baja densidad, donde ocupó una zona que originalmente sería una enfermería, en la que contó con un pequeño comedor y un patio. Incluso pudo disponer de una computadora portátil. Pero aún faltaba lo más importante para él: que lo liberaran.

Presionado o no, lo cierto es que el Gobierno...

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