Muestran ritual de convento

AutorSergio R. Blanco

Después de tres años en itinerancia por salas del Museo Nacional de Colombia y la Academia de San Fernando de Madrid, la exposición Monjas coronadas regresa a la colección permanente del Museo Nacional del Virreinato.

La muestra se inaugura el jueves 7 de diciembre a las 13:00 horas en el recinto ubicado en el Ex Colegio Jesuita de Tepotzotlán (Plaza Hidalgo 99, en esta localidad del Estado de México).

A diferencia de la muestra temporal que cruzó el Atlántico y estuvo conformada por piezas de toda Hispanoamérica, ahora el eje vertebral se concreta a los 21 retratos de monjas coronadas que pertenecen al acervo del museo, enriquecido con otras 58 obras entre textiles, muebles y otras pinturas.

Realizados en su mayoría en Puebla entre la segunda mitad del siglo 18 y la primera del 19, los lienzos constituyen la colección más completa de su tipo en el mundo por su número y significación histórica, aseguró Alma Montero, investigadora en jefe del recinto adscrito al INAH.

La estética de esta ceremonia de coronación se conoce, sobre todo, por el documento plástico que muestran las pinturas, realizadas en su mayoría por artistas anónimos. Sin embargo, la información atesorada en los archivos que conserva el recinto ha revelado que la coronación se realizaba en dos momentos de la vida de las religiosas, expresó Montero.

La primera vez que portaban la corona era cuando hacían los votos perpetuos, después de haber estado a prueba con un obispo durante dos años. La ceremonia, cargada de fastuosidad, era encabezada por jóvenes de poco más de 16 años, cuyos rostros eran captados en los cuadros con gran realismo, dado que estas obras fungirían como un recuerdo para sus familiares.

El segundo momento de coronación era la muerte, que las monjas concebían como el encuentro definitivo con Cristo. El retrato de las difuntas era realizado por el artista mientras observaba el cadáver en el coro bajo, ubicado en la parte posterior del altar, y que era el lugar más importante del convento, pues en él se...

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