Muestra Varsovia su mejor cara

AutorÁngel Villarino

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VARSOVIA.- Las calles de Varsovia están más limpias que nunca, cientos de policías vigilan cada rincón de la ciudad y las banderas pontificias, blancas y amarillas, ondean por todos lados, en armoniosa conjunción con el blasón polaco, rojo y blanco.

La capital de Polonia se preparaba ayer con ahínco, para recibir al Papa Benedicto XVI.

En su tierra natal, Juan Pablo II era un verdadero héroe. Ahora, la Iglesia y las autoridades del país pretenden conseguir que los fieles reciban con igual cariño a su sucesor.

No en vano, Ratzinger fue bautizado como "nuestro Papa" en algunos carteles que los polacos repartieron por la ciudad, en un intento por hacer ver que goza del mismo reconocimiento que Juan Pablo II.

Polonia es el país más católico de Europa y vive un momento de especial fervor religioso, sostenido por una clase política, tan decididamente cristiana como nacionalista.

Los polacos, que durante años vivieron bajo una dictadura comunista, se declaran católicos en un 95 por ciento, de los cuales un 45 por ciento van regularmente a misa. Se trata de la cifra más alta de Europa.

Tan preocupados están por mostrar su entusiasmo con la visita papal, que en los últimos días se han multiplicado los sondeos para medir los ánimos de la gente.

Según el más reciente, un 80 por ciento de la población espera la visita del Pontífice con ilusión. La televisión nacional emitirá íntegro, y sin publicidad, el viaje del Papa.- La Conferencia Episcopal polaca (CEP) espera reunir en estos cuatro días, al menos, a tres millones de fieles. Una cifra notable, pero aún así es tres veces menor de la que conseguía movilizar Juan Pablo II.

Para inflamar aún más el evento, el Ministerio de Educación ordenó la suspensión de las clases.

También se aconsejó que los patrones y empresas den el día libre a los empleados.

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