Morir por el medio ambiente

AutorCésar Martínez

Defender la naturaleza en México le cuesta la vida a los activistas medioambientales y tiene un nulo costo para la mayoría de los agresores que por lo general quedan impunes.

En los últimos 12 meses fueron asesinados al menos ocho defensores del medio ambiente, según un recuento de REFORMA, aunque serían más de 11, de acuerdo con el Centro Mexicano de Derecho Ambiental (Cemda), que alista un informe al respecto.

Los casos se siguen acumulando en este sexenio, desde Samir Flores, quien se oponía en Huexca a la termoeléctrica del Proyecto Integral Morelos (PIM) y fue asesinado el 20 de febrero de 2019, hasta Raúl Hernández, defensor de la mariposa monarca hallado sin vida el pasado 1 de febrero en Michoacán, tres días después de que fuera encontrado el cuerpo de Homero Gómez, quien combatía la tala clandestina en la misma reserva.

A casi un año del asesinato en Amilcingo de Samir Flores, su compañera de lucha Samanta César lamenta que el caso no avance en la Fiscalía de Morelos y que no haya sido atraído por la Fiscalía General de la República.

"No hay avances, creemos que está estancada la investigación, esperando no sé qué; hace un par de meses citaron a declarar a compañeros del pueblo, pero no sabemos que hayan citado a quienes los testigos señalaron", comenta en entrevista.

"Nos preocupa esta situación de quietud y de inacción de la Fiscalía de Morelos, por eso continuamos exigiendo que el caso sea atraído por la Fiscalía General".

Samir Flores fue asesinado a tiros afuera de su casa, tres días antes de que el Gobierno federal realizara una consulta en Tlaxcala, Puebla y Morelos, sobre la continuidad o no del PIM, un megaproyecto que en campaña Andrés Manuel López Obrador prometió parar y que contempla la planta termoeléctrica de Huexca, un acueducto hacia el Río Cuautla y un gasoducto que pasa por los tres estados.

"La resistencia continúa, la lucha y la organización sigue", asegura Samanta César.

Asegura que el PIM tiene varios impactos ambientales, pues el óxido de nitrógeno que se generará con la termoeléctrica podría hacer menos productiva a la tierra y afectaría a algunos animales endémicos de la región, como la tortuga casquito.

"También las turbinas de las termoeléctricas son enfriadas con agua con ciertos químicos que son metales duros, y eso va a dar al Río Cuautla, que alimenta a miles de campesinos en el Municipio de Ayala", comenta.

"Y el gasoducto atraviesa el mapa de riesgo volcánico, y está cercando a muchas comunidades...

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