Monumento a Cuauhtémoc : Remueven parte de la historia

AutorEloísa Uribe

Es preocupante la remoción del Monumento a Cuauhtémoc en Paseo de la Reforma. Este homenaje decimonónico al pasado indígena adquiere sentido dentro de un proyecto mayor que para los mexicanos del siglo 19 implicó, además de cuantiosas erogaciones, el trabajo de intelectuales como literatos, historiadores, arqueólogos, ingenieros y artistas, en especial escultores.

El Paseo de la Reforma se concibió como el Gran Paseo de la Historia, por eso está presente la figura de Cristóbal Colón, la de Cuauhtémoc, como testimonio de un pasado que nos confería, y confiere, un origen propio y una historia única. Siguió después un debate sobre el monumento a Hidalgo. Como era costumbre, el Gobierno una vez más convocó a un concurso, pero la estatua que concibieron los ganadores no llenó las expectativas, ni las exigencias de los mexicanos. Pasó el tiempo y para celebrar el centenario de la Independencia se levantó la columna coronada por una Victoria alada que rompe las cadenas de la esclavitud o bien de la opresión, mientras a sus pies se reúne un coro de héroes por demás significativos.

El gran paseo de nuestra historia está flanqueado por héroes de toda la República, dos por cada estado, como lo concibió en 1887 Francisco Sosa. Ahí se encuentran hombres de ciencia, literatos, abogados, militares, inclusive algún sacerdote, todos hombres de bien que contribuyeron a la construcción de lo que hoy somos como nación.

En la edición de 1934 de su libro El arte moderno en México, Justino Fernández publica el decreto oficial del 23 de agosto de 1877 de la Secretaría de Fomento por el que se convoca a concurso para la edificación de un monumento a Cuauhtémoc, siendo presidente Porfirio Díaz y secretario de Fomento, Vicente Riva Palacio. Anota Fernández que los papeles que hace públicos los debe a la bondad de su amigo Edmundo O'Gorman. De aquella convocatoria oficial, se presentan aquí algunos fragmentos que resultan significativos con motivo de esa intención de remover el monumento.

El decreto se tituló Sobre erección de monumentos en varios paseos de la capital y a continuación la Secretaria de Fomento daba a conocer la voluntad del presidente, que llamaba a "...embellecer el Paseo de la Reforma con monumentos dignos de la cultura de esta ciudad y cuya vista recuerde a la posteridad el heroísmo con que la nación ha luchado contra la conquista en el siglo XVI y por la independencia y por la reforma en el presente..." (Fernández. p. 157).

Por eso me refiero a...

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