Monterrey al grito de guerra

AutorMariana Montes

Hace 175 años, en septiembre de 1846, a los regiomontanos los dominaban la angustia y la inquietud.

Como parte de la Guerra México-Estados Unidos, desatada en abril de ese año, al general Pedro Ampudia se le encargó preparar rápidamente la defensa de Monterrey ante la inminente llegada del ejército estadounidense, comandado por el general Zachary Taylor.

Disparos y balas de cañón asolaron a la Sultana del Norte entre el 21 y el 24 de septiembre en el episodio ahora conocido como la Batalla de Monterrey. Al final, los invasores tomaron la capital nuevoleonesa.

Aunque el crecimiento urbano borró las cicatrices del feroz enfrentamiento, los sitios donde unos 7 mil soldados mexicanos chocaron contra alrededor de 6 mil enemigos aún existen, siendo transitados a diario por la gente.

Hoy los historiadores Luis García y César Morado presentan los lugares donde, hace casi dos siglos, cientos de hombres cayeron con el objetivo de controlar la Ciudad de las Montañas.

  1. BARRIO ANTIGUO-SANTA LUCÍA

    Los regios probablemente conocen al Barrio Antiguo y a Santa Lucía como la agradable zona con restaurantes y centros nocturnos, pero el 21 de septiembre de 1846 los estadounidenses no encontraron negocios con puertas abiertas.

    Los extranjeros estaban entrenados para combatir a campo abierto, manteniendo en todo momento su formación cerrada, pero en esta área cercana al corazón de Monterrey encontraron calles angostas que los obligaron a romper filas.

    Mientras tanto, los mexicanos estaban listos para mantener el control de los fortines Tenerías y del Diablo, dice el historiador Morado.

    El primero estaba ubicado en Washington y Héroes del 47; el segundo se localizaba en Platón Sánchez y Jesús González Ortega, añade el especialista, autor de la primera tesis doctoral sobre la Batalla de Monterrey.

    "Otro punto férreamente peleado entre las tropas es el Puente de la Purísima, en Diego de Montemayor y 15 de Mayo, justo detrás del Museo de Historia Mexicana. Ahí estaba la (imagen de la) Virgen de la Purísima, protegiendo a los soldados", apunta.

    La decisión de Taylor de hacer a esta área un campo de batalla es descrita por García como fatal. Los mexicanos asediaron a los invasores desde los techos de los edificios, provocándoles cerca de 400 bajas entre muertos y heridos.

    Fue el día más negro del enfrentamiento para los estadounidenses.

    "El ataque quedó fuera de control y comprometió a las tropas. Hubo desorganización, caos. El ejército americano estuvo en medio de...

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