Carlos Monsiváis / Las profecías que no deben cumplirse

AutorCarlos Monsiváis

En la perspectiva de las nuevas generaciones todo pasado, incluso el inmediato, será la prehistoria. Esto situará a la memoria histórica como una especie en vías de extinción.

-La licenciatura se considerará un segundo bachillerato. En los círculos del poder, alguien con sólo un título profesional será el equivalente del monolingüe, o de la pareja que cumple sus bodas de diamante por terror a la novedad.

-El nivel de comprensión de un texto se adecuará al nivel educativo más rudimentario, que suele ser el de los hijos de la gran burguesía, o el de los padres de los hijos de la gran burguesía.

-El dirigente ansioso de generalizar el éxito entre sus agremiados despojará al concepto éxito de toda connotación de triunfo económico o de ascenso social.

-Debido a una (temporal) falta de consenso, el Mercado Libre aún no será llevado a los altares.

-La apariencia de las ciudades medianas y grandes se normará cada vez más por el afán de parecerse a las ciudades de Norteamérica, con sus cadenas de restaurantes y su culto al automóvil. A esta uniformidad, no la alivian los escasos logros de la arquitectura "posmoderna" pero sí la matizan los embotellamientos.

-Entre los fenómenos de la post-secularización, continuará la explosión demográfica de credos y de convicciones esotéricas (de un esoterismo distinto al anterior).

-La "democratización desde abajo" (por el momento, la única concebible), mantendrá su secuela inevitable: el culto por la sociedad civil y la desconfianza hacia los partidos políticos. A su vez, los partidos políticos intentarán hacerse pasar por sociedad civil, y otro tanto le ocurrirá al clero e incluso a la sociedad civil, que también querrá aprovechar la moda de la sociedad civil.

-Se acentuará el inmenso recelo hacia las tradiciones del pensamiento utópico, una de las consecuencias del derrumbe del socialismo. Esto no significará ni con mucho el fin del sentimiento utópico que en demasiados casos se desviará o ya se deriva al afán de llegar sin contratiempos a la casa.

-Proseguirá el acorralamiento (sicológico y teórico) de los sectores democráticos, o progresistas como solía decirse, ante la prepotencia del neoliberalismo y de la semirreligión del Mercado Libre (el capitalismo salvaje como obligación moral). Por eso, no faltará partido político que se promueva con aclaraciones pertinentes: "Se sustentan ideas sin compromiso emotivo o moral adjunto/ Creo en la justicia social pero a sus horas".

-La explosión demográfica del libro...

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