Mónica Soto Icaza / Lenguaje vs. personas

AutorMónica Soto Icaza

El moralismo ataca de nuevo. Esta vez las protagonistas, cosa rara, son las palabras. La semana pasada en las redes sociales surgieron hordas de defensores de la lengua, críticos inmisericordes de la nueva manifestación del cambio social más importante de los últimos tiempos: el triunfo del reconocimiento a los derechos de la comunidad LGBTTTIQ (lesbiana, gay, bisexual, transgénero, transexual, travesti, intersexual, queer). O al menos eso parecía.

Todo porque en una clase virtual con 130 estudiantes Max Carvajal se refirió a Andra Escamilla, quien no se identifica con el género binario él/ella, como compañera, en vez de compañere, como sería lo correcto según el lenguaje inclusivo. El debate, si es que puede llamarse así a un pleito entre gente que habla y no escucha, es precisamente este lenguaje, que ha surgido gracias a las reflexiones acerca de los roles de género y la entrada a la esfera pública de las distintas identidades que siempre han existido respecto a la relación del individuo con el sexo.

Soy escritora, defiendo la buena utilización de la ortografía, la sintaxis y la gramática. También sé que no hay hablantes puros de ningún idioma, por el simple hecho de que las lenguas viven tanto como quienes las utilizamos. Las palabras no son más importantes que las personas, pero son básicas para hermanarnos con la sociedad.

Poseemos mentes prodigiosas, hemos desarrollado vocablos para nombrar las cosas que creamos a lo largo de la historia. Las voces cine, televisión, computadora, cibernético no existían hace 150 años y, sin embargo, hoy las utilizamos con naturalidad. Si es así, ¿por qué el moralismo de los detractores del lenguaje incluyente? Y, ¿por qué la hostilidad e intento de imposición de sus precursores?

No quiero hablar aquí de casos específicos ni hacer eco de las múltiples ofensas de ambos bandos, sino exponer razones por las que el lenguaje incluyente genera tantas animadversiones.

De entrada, podría pensarse que el moralismo no viene al caso en una discusión como esta, sin embargo, quizás es la fuente. Para la Real Academia Española moral como adjetivo es: "Perteneciente o relativo a las acciones de las personas, desde el punto de vista de su obrar en relación con el bien o el mal y en función de...

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