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Moldea barro que suena

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Vincent
AutorMarcela Félix

Sentada sobre el piso de su taller, con su delantal, su sonrisa y el barro entre sus manos, listo para convertirse en silbatos, María Concepción Enríquez sigue entreteniéndose con los juguetes que hace desde que tenía 7 años.

En compañía de "su señor", como ella se refiere a Aurelio Benítez, su esposo desde hace 67 años y con el que comparte además de hijos, el arte de la creación de silbatos de barro, la octogenaria amasa, modela, quema y decora el barro, como le enseñó su mamá y como ella y su esposo les enseñaron a sus hijos.

Conservar esta tradición con raíces prehispánicas, que según José Antonio, descendiente de la pareja, distinguió algún tiempo al barrio tonalteca de Zalatitán, le fue reconocido a María por el Instituto de la Artesanía Jalisciense, junto con Gregoria López, quien también hace silbatos desde hace muchos años.

"Antes los niños y muchachos se divertían con ellos (los silbatos). Se vendían mucho en Tonalá, Tlaquepaque, San Juan de los Lagos y aquí en Guadalajara, mucha gente los hacía", recordó María, la "pitera".

Según el padrón del IAJ hay 8 personas en Tonalá, 3 en Tlajomulco y 2 en Guadalajara, registradas como fabricantes de silbatos de barro, y otros pocos que se dedican en el Estado a hacer juguetes tradicionales con otros materiales o incluso con barro, pero hacen cazuelitas y jarritos.

María desconoce su origen, pero igualmente provoca sonidos con cada figura en su proceso de elaboración. Y aunque ya no modela tantas formas como antes, incluidas las de varios orificios para diversificar su tonalidad sonora, la artesana hace pequeñas modificaciones según su creatividad.

"El chiste es que figure algo", dijo.

Actualmente es un elotero su único cliente directo, para quien trabajan durante todo el año anterior a la fiesta de San Juan de los Lagos, celebrada en febrero, lugar en el que se venden sus silbatos.

Por cada 144 piezas pequeñas reciben sólo 35 pesos y aunque el esfuerzo físico que les representa seguirlas haciendo sea más que evidente, la pareja piensa mantenerse hasta su muerte en el oficio que es asistido por sus...

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