Moi no se achica por su gran falla

Édgar Luna Cruz, enviadoARLINGTON, EU., septiembre 10 (EL UNIVERSAL).- Hasta el minuto 84, Moisés Muñoz había sido el héroe del juego. Su tranquilidad, su posición bajo el arco y sus reflejos a la hora de atrapar el balón o desviarlo habían sido la clave para que México derrotara a Argentina, nada menos que el subcampeón del mundo con todo y Lionel Messi.

Pero un minuto después, todo eso desapareció. Los halagos se volvieron reproches; las alabanzas, críticas. Así es la posición del portero, tan ingrata como sobresaliente, y es que quien se pone los guantes, sabe que de un minuto a otro, de héroe puede convertirse en villano.

Pero a Moi Muñoz le encanta, “me fascina esta posición, esta responsabilidad”, argumenta.“Sé lo que significa estar en la portería, lo bueno y lo malo, y me encanta, no la cambiaría por nada”.

Muñoz, portero del América y que por años ha buscado la titularidad indiscutible con el Tri, detuvo disparos de Messi, de Tévez, de Banega, del novato Correa.

Hasta que llegó aquella jugada al minuto 85. Una pelota que parecía contralada botó de más, se le alargó al portero mexicano y de ahí nació el gol que inició el repunte del representativo argentino.

El mismo Moisés recuerda la jugada: “Lavezzi, creo, alcanza a tocarla y eso me cambia la trayectoria de la pelota, por eso no la tomo en ese bote y la tengo que corretear. Cuando me tiro para echarla a tiro de esquina, ya no logro contactarla de lleno, con toda la mano, sino sólo con la yema de los dedos, y...”.

De ahí nació el gol.“Hay que aprender, en el futbol siempre se aprende, como portero más. Hay que sacar lo bueno y aprender de lo malo”, reconoce.

Pero así como se equivocó...

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