Modesto Suárez / La era atómica

AutorModesto Suárez

"¿Qué fue la pólvora? Algo trivial. ¿Qué fue la electricidad? Algo carente de significado. ¡La bomba atómica es el Juicio Final!"

Winston Churchill

El sábado pasado se cumplieron 60 años del día en que fue utilizada por primera vez una bomba atómica en una lucha armada. Las explosiones de Hiroshima, el 6 de agosto de 1945, y Nagasaki, tres días después, con un alto número de muertos y de heridos, obligaron a Japón a rendirse ante Estados Unidos.

La guerra entre estos dos países comenzó con el ataque aéreo más grande habido hasta entonces. Desde varios portaaviones, el Imperio del Sol Naciente lanzó una ofensiva contra Pearl Harbor, base de la Flota del Pacífico perteneciente a Estados Unidos, poco después del amanecer del 7 de diciembre de 1941. Fue un ataque planeado y practicado meticulosamente con meses de anticipación. Japón ya había utilizado este tipo de sorpresa ofensiva en el ataque que dirigió en contra de Puerto Arturo, base naval rusa de la cual dependía de manera determinante el abasto de las tropas rusas destacadas en Manchuria, con el cual dio inicio a la Guerra Ruso-Japonesa en febrero de 1904. Si bien esta ofensiva, como el ataque a Pearl Harbor, fue sorpresiva, la toma de la base naval rusa por el Ejército japonés se prolongó hasta diciembre de 1904, a un costo humano sumamente alto: aproximadamente 60 mil bajas japonesas y 30 mil bajas rusas.

El ataque a Pearl Harbor provocó una fuerte reacción en Estados Unidos, y sin duda influyó -aunado a la ferocidad del soldado japonés en el combate, al maltrato dado por Japón a sus prisioneros y a los pueblos por él dominados- negativamente cuando cuatro años más tarde el gobierno estadounidense tomó la decisión de arrojar una bomba atómica sobre la ciudad de Hiroshima, con un saldo aproximado de 140 mil víctimas, y otra sobre la ciudad de Nagasaki, causando unas 70 mil víctimas.

Desde el principio, la decisión de arrojar las dos bombas nucleares sobre Japón fue presentada como un acto ineludible desde el punto de vista militar: de no haber hecho las cosas así -se afirmó entonces y se afirma ahora- la guerra se hubiera prolongado innecesariamente, obligando a las Fuerzas Armadas estadounidenses a invadir las principales islas del archipiélago japonés mediante desembarcos que hubieran costado la vida y la integridad física de al menos un millón de soldados. Henry Stimson, entonces secretario de Guerra del gobierno de Estados Unidos, planteó las cosas de la siguiente manera: "Yo sentí...

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