Lección modesta

AutorLázaro Azar

Me equivoqué. Felizmente, debo admitir que me equivoqué cuando el 13 de julio de 2002 me leyeron apurándoles para ir al Teatro de la Ciudad a presenciar la puesta que en ese momento se ofrecía de Porgy and Bess (1935): "si no está seguro de sobrevivir otros 50 años para volverla a ver...", y ya ven, desde el jueves y hasta mañana domingo, la ópera de Gershwin (1898-1937) sumará cinco representaciones en el Palacio de Bellas Artes, recinto al que fue importado un montaje tan exitoso en 1947, que la temporada tuvo que extenderse dos semanas más.

Ahora, entre que se la pasan llorando que el horno no está para bollos y que este montaje no ameritaría una extensión de la temporada, quienes asistimos este jueves a la primera función debemos admitir que -para sorpresa de cuantos abandonaron la sala en el intermedio- aquello fue de menos a más.

Cuando se abrió el telón, lo que vimos no prometía gran cosa y no faltó quien me dijera "hay epidemia de usar huacales como escenografía" al ver las dos estructuras móviles con que nos ambientaron en Catfishrow, ese asentamiento que no le pide nada a la más miserable de nuestras ciudades perdidas.

La pobreza de los telones -también firmados por John Farrell- tampoco era muy prometedora. Más bien, alentaba a creer aquello sobre lo que tanto insistía "radiopasillo": que estábamos ante una producción estudiantil que nos vendieron con más habilidad que si la hubieran traído de la Scala o de la Ópera de Viena, y es que al igual que el anónimo ensamble instrumental concertado por Pacien Mazzagatti, el elenco resultó dispar.

Es evidente que a la hora de realizar el casting imperó el criterio de que "dieran el tipo" más allá de que las voces (al menos las del primer elenco) dieran la talla: hubo cantantes como Sequina DuBose (Clara) cuyo volumen al entonar Summertime sorprendió a más de un espectador que creyó que estaba amplificada, en tanto que otros, como Darren Strokes quien estaría muy buenote y "muy mamey" como imaginaría uno a Crown, su personaje, que...

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