Modela Molina lo invisible

AutorJosé Gordon

Se oye la voz de Borges en mi grabadora de mano. Lee con su cadencia característica un texto titulado "El rigor en la ciencia", donde advierte el problema que tienen los cartógrafos cuando intentan hacer mapas tan elaborados y complejos que resultan ser una copia del mundo punto por punto. El rostro de Mario Molina se llena de asombro. La sonrisa se le dibuja por completo: Es formidable, me dice. Nos reímos con complicidad. Esa es la cita que hice en mi presentación del Premio Nobel pues qué sorpresa. Encontré en el Internet la voz de Borges en donde habla de las dificultades que tenemos para modelar el mundo. Le digo a Molina que este es un reto fascinante para la ciencia: si el modelo repite a la realidad en la misma escala, a lo mejor no estamos entendiéndola del todo. Mario Molina asiente. Su lenguaje corporal es sereno. Su mirada está encendida.

"Exacto. Los modelos son herramientas para tratar de entender la realidad, pero no tienen que ser literalmente toda la realidad. Hay toda una jerarquía de modelos y algunos, que son muy útiles, son relativamente sencillos. Podemos controlarlos. Hay toda una metodología que es muy importante sobre todo para las ciencias que son complejas y que tienen como objetivo entender el funcionamiento del planeta o del cerebro. Hay que simplificar de alguna manera esta complejidad", dice el científico.

Pero además, el problema que confrontaba el Nobel era que modelaba daños en la atmósfera que en un principio son invisibles. "Háblanos de esta aventura de tratar de comunicar algo que no se ve, que no puedes tocar", le pido.

"Uno de los primeros periodistas con los que platiqué sobre esto me decía, pero ¿cómo vas a poder comunicarlo al público? Estás hablando de unos gases invisibles que nos protegen de unos rayos invisibles, que penetran y eventualmente causan daños a la humanidad, pero todo es invisible. ¿Cómo lo vamos a creer? Me di cuenta que tenía que explicarlo muy claramente de manera que no fuera esencial ver las cosas sino entender cómo funcionan".

Molina comenta que, junto con Sherwood Rowland, trataba de comprender cómo reaccionaban las moléculas para generar nuevas moléculas, cuál era su comportamiento. Hubo un momento en que decidieron tratar de aplicar estos conocimientos a algo más cercano a la realidad, a la sociedad. De esta manera se adentraron en la química de la atmósfera. Plantearon una pregunta fundamental: ¿qué le pasa a los compuestos de origen industrial, provenientes de los...

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