Mochilazo en el tiempo

(Material transmitido por el Servicio Sindicado el pasado 9 de noviembre)Los grandes conventos que ya no estánMauricio M. Castillo

EL UNIVERSALOculto por la Torre Latinoamericana se encuentra el templo que durante siglos dio nombre a la actual calle de Madero: San Francisco. Quien entra a este edificio no se imagina que es sólo un jirón del impresionante convento franciscano que durante el Virreinato fue el más importante de la capital novohispana. Unas cuadras más al norte está la señorial plaza de Santo Domingo. El elemento más llamativo es el templo dominico, famoso por albergar al Señor del Rebozo en una de sus capillas.

La historiadora del arte Veka Duncan habla en entrevista sobre los conventos de San Francisco y Santo Domingo ubicados en el Centro. "En el caso del convento de San Francisco se trataba del más grande de América, no sólo de la Nueva España, y al mismo tiempo pertenecía a la primera orden que llegó a este territorio, la misma que hizo la evangelización", cuenta.

Explica que el convento de Santo Domingo era importante porque "los dominicos fueron la orden de la Inquisición, una de las instituciones fundamentales de la Iglesia católica en su momento. Quizá es por esto mismo que fue demolido, pues en el imaginario popular representaba lo más oscuro de la religiosidad española".

Los primeros franciscanos llegaron a evangelizar a Nueva España en 1523. Al año siguiente arribaron doce frailes para continuar con la labor. La orden de Santo Domingo se estableció en estas tierras dos años después. Más tarde los seguidores de Asís edificaron en honor de su santo patrono la primera iglesia de Nueva España. Primero se establecieron en la actual plaza del Zócalo y después se mudaron al poniente, en donde hoy está en pie la iglesia dedicada al varón de Asís.

El convento abarcaba más de 30 mil metros cuadrados de terreno cuyos límites actuales serían Madero, Venustiano Carranza, Eje Central y un poco más allá de Gante.

Por otro lado, los dominicos construyeron su convento en la plaza de Santa Domingo, antaño reconocida por ser lugar de los escribanos evangelistas. Si bien fue dedicado (una ceremonia especial que se hace al finalizar un templo) en 1575, por las malas condiciones en que quedó fue necesario una nueva construcción que terminó en 1736.

Un componente vital de los conventos eran las capillas construidas por las cofradías. El doctor Antonio Rubial García explica la importancia de estos grupos en la ciudad colonial. "Las...

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