Mochilazo en el tiempo

La isla que México perdió sin darse cuenta

Elisa Villa Román

EL UNIVERSALEl territorio de México no siempre fue el mismo. Sus fronteras se han expandido y contraído por cuestiones políticas y naturales, como la vez que el Río Bravo cambió su cauce beneficiando a Estados Unidos con el territorio de El Chamizal o cuando Yucatán buscó independizarse en 1841 y más tarde en 1846.

Pero perder una isla en un juicio realizado al otro lado del mundo mientras aquí se vivían las consecuencias de una guerra, es una anécdota que dio tema de investigación durante décadas.

Océano Pacífico, 1897. A unos 1200 kilómetros del puerto de Acapulco se encuentra la isla Clipperton, también conocida como Médanos o La Pasión. Su abundancia en guano (excremento de aves altamente cotizado por sus propiedades fertilizantes) la hacen atractiva al capital extranjero.

Los relatos del siglo pasado la describen como una isla desolada, rodeada de numerosos peces y tiburones, sin vegetación, que se asomaba apenas unos diez pies sobre el nivel del mar, inundada en temporada de lluvias, pues en su interior hay un gran lago de agua no potable.

Aspecto de la Isla Clipperton. En el minuto 10:42 se pueden apreciar los envases de plástico acumulados en la isla.

Se sabe que el lugar fue encontrado en noviembre de 1527 por el español Álvaro de Saavedra Cedrón en una misión ordenada por Hernán Cortés para encontrar una nueva ruta para llegar a las Filipinas.

Saavedra anotó el suceso en su bitácora y más tarde, con la Declaración de Independencia, el territorio quedó en manos de México.

Sin embargo, no fue el único navegante que la avistó. Otros pasaron por ahí y la bautizaron como Isla Médanos o Isla de la Pasión. El trozo de tierra seguía ahí, sin que nadie le prestara gran importancia y solo funcionaba como punto de referencia para navegar.

Sus abundantes recursos seguían sin conocerse. En 1705, el pirata inglés John Clipperton la avistó durante uno de sus viajes y desde entonces se le conoció con el apellido del europeo, pero su país no pudo reclamarla como suya por la situación legal de Clipperton.

Así transcurrieron los años hasta 1858, cuando Francia declaró que la isla le pertenecía pues uno de sus navíos había llegado a ella. Sin embargo, no se preocuparon por dejar señales de su ocupación ni de visitarla periódicamente, como señala la profesora Laura Ortiz Valdez, de la UNAM.

En su investigación sobre el régimen jurídico de las islas mexicanas, Ortiz dice que las intenciones...

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