Mochilazo en el tiempo

El muralista mexicano rebelde y revolucionarioEL UNIVERSALValentín Benítez, quien ahora tiene 80 años, conoció a David Alfaro Siqueiros hace poco más de cinco décadas. No sabía quién era ni se percató, en su momento, de la gran obra que estaba realizando en el Polyfórum Siqueiros. Sólo los saludó algunas veces de mano y otras de lejos. Lo recuerda como una persona amable y educada:

"Nos ?rozábamos? seguido: él pintaba y yo trabajaba como maestro en la decoración, cuando comenzó (el mural)", dice con voz firme al revivir el recuerdo.

Benítez se dedicó cerca de 60 años a embellecer lugares: realizaba bocetos y planos de teatros, oficinas, restaurantes, entre otros espacios para saber qué mobiliario y alfombras pondría, combinaba colores, diseñaba las mesas, escritorios, tapicería y sillones de acuerdo al sitio y su uso.

Su oficio lo llevó a trabajar en el entonces nombrado Hotel de México (hoy World Trade Center). Benítez era el encargado de dirigir los detalles que harían más elegante ese edificio y el teatro que se encuentra dentro del Polyfórum.

En ese lugar conoció al controvertido pintor: David Alfaro Siqueiros. Recuerda que él siempre era cordial con las personas: "Y como yo era el maestro nos saludábamos mutuamente. Era amable, (pero) enojón con sus ayudantes de la pintura".

El señor Valentín Benítez siempre había sido aficionado al balompié y, en esa época, tenía un equipo de futbol con personas que trabajaban en la obra: "Necesitábamos una recomendación firmada para el administrador de La Ciudad Deportiva y que nos dieran permiso de realizar algunos juegos y una cancha con pasto". Siqueiros firmó con gusto ese documento y los empleados quedaron agradecidos con el genio rebelde, de quien quizá desconocían su historia.

La vida del artista, era ocupada y de disciplina, pues tenía en sus manos un gran proyecto: El Polyfórum (que después llevaría su nombre), el mural más grande del mundo (con ocho mil 700 metros cuadrados), compuesto de 18 obras sobre la industria y el campo (comenzado a planear en 1965 e inaugurado en 1971).

Por ello, pasaba largas horas en aquel sitio y completaba su labor en su taller ubicado en la calle Tres Picos, Polanco. El señor Valentín recuerda la rutina del genio rebelde así:

?¿Qué hacía además de laborar?

?Todos los días el artista checaba el espacio donde iba a pintar y colocaba andamios, comenzaba a trabajar, se iba a comer y regresaba. Ahí comía en algunos de los restaurantes cercanos.?¿Fumaba?

?Que si fumaba. Sí, siempre andaba con el cigarro. Trabajaba con unas 15 o 20 personas (también dibujantes o pintores) y sí los regañaba.

Valentín Benítez, quien a sus casi...

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