Mochilazo en el tiempo

Los mercados ambulantes, herencia de los prehispánicosEL UNIVERSALDesde la época prehispánica, los intercambios de productos entre comunidades eran básicos. Estos centros de comercio evolucionaron de los llamados tianquiztli (tianguis) a conglomerados de puestos como el de la Plaza del Volador o Parian en el centro de la capital a mediados del silgo XVIII.

Ya en el siglo XX surgieron los mercados públicos bien establecidos, pero también los conocidos como "sobreruedas" o itinerantes A pesar de todo, este tipo de mercados itinerantes sobreviven. Aquí la historia de los lugares de negocios populares en la Ciudad de México.

Los tianguis (puestos itinerantes) y "sobre ruedas" a los que alguna vez hemos acudido, podrían acercarse, un poco a la forma en la que los aztecas, olmecas y otras culturas precolombinas exponían sus productos para cambiarlos por otros.

Antes la manera de comerciar en los mercados ambulantes era muy distinta a la actual. En la época prehispánica había una forma más simple de trueque: cuando había excedente de cierto alimento, se intercambiaba por algún otro faltante.

"Así fue naciendo la más antigua forma de comercio espontáneo y libre", de acuerdo con el texto La institución cultural del comercio prehispánico del historiador Miguel León-Portilla. Esta práctica comenzó a ser cada vez más común entre los mexicas y los gobernadores, quienes organizaron centros de distribución llamados tianquiztli de donde se derivó la palabra que conocemos hoy como tianguis.

Cabe mencionar que los productos eran trasladados a través de acequias o canales ?de origen prehispánico? provenientes del Canal de La Viga, a la altura de San Pablo y Roldán, en el centro capitalino?, "ramificándose a lo largo de la zona", como menciona el Mochilazo titulado: "Cuando había canoas en el Centro Histórico", publicado el 14 de octubre de 2016.

El pago de los productos era a través de granos de cacao que se intercambiaban por otros artículos. Hombres y mujeres se reunían en los tianquiztli y exponían las verduras, frutas o carne sobre petates, chiquigüites o canastas.

Los primeros objetos de cambio en estos lugares fueron plumas de aves preciosas (como el Quetzal) de color verde o rojo. Esta actividad fue cada vez más popular y se requirió de encargados o jefes de comercio, denominados cozmatzin y tzompantzin, quienes representaban a la autoridad en estos sitios.

Los pochtecas o mercaderes tenían las reglas bien claras entre clientes y vendedores, pues había jueces y vigilantes, quienes "pasaban entre las filas para asegurarse que todo estuviera bien? en esta gran plaza había una casa como de audiencia, donde...

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