Mochilazo en el tiempo

Mucho cemento, olvido? y poca madre

EL UNIVERSAL

Tal y como pasa hoy en día con las terminales de autobuses, en la época en que corrían ferrocarriles al interior de la ciudad, existían diversas estaciones cuyos destinos variaban. Una de ellas era la Estación Colonia, inaugurada a finales del siglo XIX por Porfirio Díaz.

Su forma arquitectónica constaba de tres niveles, planta baja y dos pisos superiores, con múltiples ventanas. Al centro, lucía un reloj circular que hacía saber a los transeúntes o viajeros, la hora que era en la ciudad.

Sus patios se extendían a lo largo de lo que hoy conocemos como Jardín del Arte y por sus vías corrían los trenes que iban con destino al norte y al oeste, iniciando su viaje sobre la actual calle de Sullivan hasta llegar a Marina Nacional, donde se desviaba un poco para seguir su rumbo a Tacuba, entroncando con el paso del Ferrocarril de Cuernavaca.

Para los festejos del Centenario de la Independencia, la fachada de la Estación Colonia se vistió de arreglos y adornos tricolores, formando parte de los sitios que el entonces presidente Díaz había seleccionado para que sobresalieran en el paisaje citadino. Sin embargo, a finales del mismo año por sus puertas cruzarían decenas de revolucionarios que llegaban o salían de la capital y ya en 1911, en un ambiente triunfante y de júbilo, arribaría a la ciudad Francisco I. Madero para tomar posesión como Presidente de la Nación.

Esta estación siguió funcionando hasta finales de los años 30, cuando el gobierno tomó la decisión de demolerla. Los motivos nunca fueron claros, pero lo cierto es que el ferrocarril como medio de transporte estaba quedándose atrás y quizá fue porque la estación cayó en desuso, porque resultaba caro su mantenimiento o por el afán de desaparecer todo lo que dejó el Porfiriato?aunque algunos íconos de la capital fueron construidos durante esa época?. Sin duda, su demolición modificó el paisaje urbano que rodeaba a la estación.

Sobre sus patios, las autoridades construyeron un inmenso parque y en el espacio que ocupaba la estación optaron por erigir el primer monumento dedicado a la madre. Pues tan solo unas décadas atrás, en 1992, el entonces secretario de Educación, José Vasconcelos había introducido al país la celebración del Día de las Madres, estableciéndose así el 10 de mayo como el día nacional para festejar a las madres.

Este monumento fue erigido tras un certamen convocado por diversas instituciones gubernamentales y un periódico de...

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