Mochilazo en el tiempo

Un desierto, el primer parque nacionalEL UNIVERSALEra de noche y las luces fueron apagadas. La temperatura era baja y la niebla comenzaba a percibirse a los alrededores. Una puerta fue cerrada con fuerza. Comenzaron a escucharse cantos gregorianos.

De pronto, aparecieron algunas figuras humanas con túnicas y una lámpara en la mano. Avanzaban, intercalaban sus lugares. Los coros desaparecieron y se escuchó la voz del monje de hábito café y manta blanca: ?Sean bienvenidos al santo Desierto de Nuestra Señora del Carmen de los Montes de Santa Fe ?nombre original??, dijo el personaje con voz fuerte. Esto fue parte de una representación en un recorrido de leyendas nocturnas, organizada por la delegación Cuajimalpa (realizadas los viernes y domingos).

Quizá este tipo de visitas no hubieran sido posible si el 15 de noviembre de 1917, el presidente Venustiano Carranza no lo hubiera decretado como el primer Parque Nacional de México. Actualmente, es el Parque Recreativo y Cultural Desierto de los Leones ?ubicado en la carretera México-Toluca, colonia La Venta, Cuajimalpa de Morelos?.

El nombre de ?Desierto? es por tratarse de un sitio apartado, debido a la estricta vida contemplativa de los frailes. Por su parte, la frase ?de los Leones?, se dice, surgió cuando hubo un conflicto entre los pobladores y los carmelitas, pues estos últimos ocupaban más de mil 529 hectáreas ?actual extensión? y los nativos se vieron limitados respecto al abastecimiento de agua y madera.

Ante esto, hubo un conflicto de propiedad entre la orden del Carmen ?la cual llegó a México en 1585? y los habitantes, por lo cual, buscaron la ayuda de algunos abogados. Entre ellos, los hermanos apellidados ?de León?. El más mencionado fue José I. Manuel de León, platica Román González. Mencionada familia fue administradora y las personas comenzaron a relacionar el apellido con el lugar. Así surgió (la segunda parte) del nombre: ?de los leones?.

Existe una segunda versión menos creíble. Al encontrarse en un ambiente templado y zona boscosa, ?había muchos animales salvajes, entre ellos el gato montés. En algunas crónicas se menciona (había sonidos) como el rugido de fieras, pero hace 400 años, todo animal salvaje era nombrado como un león?, comenta el señor Román González.

En 1920, EL UNIVERSAL ILUSTRADO describía a este territorio como un recinto de ?muros verdinegros que se desmoronaban de abandono y vejez, (y donde) ya no resonaba el eco de los Salmos que borraban las humanas iniquidades, ni las suaves pisadas de los frailes repasando con las manos (...) las cuentas de un rosario?.

Este predio fue vendido durante el gobierno del general Mariano Arista. Burnand, un empresario extranjero, estableció una fábrica de vidrio. Había una razón muy importante: en esta zona se encontraba todo lo necesario para obtener combustible necesario, es decir, árboles, de acuerdo con el texto el texto ?El Desierto de los Leones: sus aguas y la adjudicación de su monasterio en el siglo XIX? de la investigadora Ma. del Carmen...

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