Mochilazo en el tiempo

La calle a la que Francisco Villa le devolvió el nombreEL UNIVERSALUna vorágine humana aguarda el siga para atravesar Eje Central. Contenida entre el Edificio Guardiola y la Torre Latinoamericana, es la primera estampa que la Avenida Madero presenta al viajero que se propone explorarla, descubrirla.

Tras el Guardiola se asoma, con su incólume elegancia, la Casa de los Azulejos. Los divide el Callejón de la Condesa, nombrado así en honor de la Condesa del Valle de Orizaba, cuya familia construyó el Palacio Azul, su estrechez provocó en los años coloniales una confrontación de linajes.

Por ambos extremos y al mismo tiempo, dos carruajes entraron al callejón. Siendo ambos apellidos de la más alta alcurnia, ninguno podía rebajarse a retroceder para que el otro continuara hacia delante. Tres días pasaron antes de que los dos regresaran sobre sus pasos, siendo para ello necesaria la intervención directa del Virrey.

Esta historia la recuerda el señor Eduardo Martínez de 82 años de edad, al salir de misa en la iglesia de San Francisco, frontal al callejón, escondido tras la Latino. Para él, la leyenda es sólo un encanto de los muchos que conforman a la Avenida Madero. ?Siempre fue una avenida muy principal. Por aquí paseaban todos los ?popis? del tiempo de Don Porfirio?.

La evocación de los ?lagartijos? y las señoritas ?emperifolladas? le sirve de referencia para hablar del toque aristocrático de la rúa. Le guarda gran cariño. ?Con mis amigos nos veníamos a tomar café aquí en frente con las muchachas?, recuerda mirando el que ahora es el Sanborns de los Azulejos. Le viene a la mente un hecho en específico con la avenida de escenario: el regreso de Miguel Alemán a la ciudad, después de su viaje a Estados Unidos en 1947. Tenía 13 años.

Sin embargo, no piensa con nostalgia en el ayer. Le gustan los cambios y está contento con el actual ir y venir de la arteria.

Otra es la opinión de su contemporánea Gloria Guerrero. Devota del mismo templo, para ella Madero ya no es lo mismo. ?Antes de que fuera paso peatonal, era una calle muy segura. Por el motivo de que ya no se pueden parar aquí los carros, han disminuido las bodas y quince años. No se van a venir caminando desde Cinco de Mayo?. También a ese motivo le atribuye que ya no haya tantos feligreses en el templo. No obstante le tiene mucho aprecio a la calle, especialmente al convento. La señora Gloria reza en lo que fue sólo una parte de éste.

Patrocinada su construcción por Hernán Cortés, San...

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