¡Era el mismo diablo!

Corresponsal

TEHUACÁN.-“¡El diablo, era el mismísimo diablo!”, así recuerdan al sacerdote Nicolás Aguilar Rivera, a quien intentaron linchar, para cobrarse justicia ante la inmovilidad de las autoridades poblanas.

El párroco, acusado de abusar de cuatro menores y tocar al menos a otros 40, vivó una tarde de infierno cuando escapaba de la comunidad de San Vicente Ferrer.

“Ya estaba por irse cuando lo paramos en la puerta y le reclamamos, cómo no; aún nos duele, porque nunca pensamos que ese hombre fuera a hacer esas cochinadas”, dice María, de aproximadamente 40 años, quien vive cerca del templo.

Aquella tarde de noviembre, agrega, la gente rodeo al cura y lo increparon para exigirle cuentas.

Mientras, otros corrían desde sus casas con garrafas llenas de gasolina, porque pretendían prenderle fuego.

De acuerdo con el relato de María, algunos vecinos alcanzaron a soltar golpes y propinar empujones al sacerdote, quien espantado, logró correr hacia su auto.

“Apenas llegó a su coche y que lo enciende... Rápido la gente se le puso enfrente para impedir que se fuera, pero se echó para atrás y después aceleró hacia nosotros, nos echó el coche encima y nos tuvimos que quitar”, recrea el incidente un hombre de unos 45 años de edad.

SOSPECHAN ENCUBRIMIENTO

Los habitantes acusan al Cardenal Norberto Rivera Carrera de proteger al sacerdote Nicolás Aguilar Rivera y, además, de facilitarle su fuga de la región.

Juana Cruz, de 50 años de edad, afirma que Norberto Rivera sí era el Obispo de Tehuacán cuando Aguilar abusó de la confianza de los vecinos.

Claro que estaba aún en el Obispado... y cómo no si lo...

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