Tienen como misión sanar las adicciones

AutorLuisa García

Superar una adicción es más sencillo si con el tratamiento se recibe también un trato humano. Esa filosofía es la que logra constantes milagros entre quienes acuden al Instituto Renace a la Vida Monterrey, A.C.

El lugar está en una casa de renta de la Colonia Deportivo Obispado, que con apenas cinco coordinadores de área, cerca de 20 voluntarios y la convicción del fundador, Gregorio Ortiz Serrano, y de la encargada del área legal, Rosa Leal, beneficia a cerca de 50 personas al mes, entre pacientes y familiares.

Ahí llegan adictos al alcohol, a las drogas y al juego patológico. También se recibe a quienes sufren trastornos sociales, como depresión, angustia o ansiedad.

Ortiz Serrano cuenta que la institución inició sus labores como un grupo de asistencia social en febrero de 2003 para atender profesional e integralmente a quienes sufren por estas situaciones, y que han visto afectada su salud física, espiritual y emocional.

"Nuestra misión es promover el amor para darle un sentido a la existencia, a través de una intervención cálida, con el más alto sentido humanista y ético para la integración de las familias", indica el director del lugar, que se terminó de constituir en asociación civil en mayo del mismo año.

Mujeres y hombres, en su mayoría de entre 14 y 30 años, son recibidos por igual en este espacio.

Reconstruir el interior para renacer

Leal, quien también coordina los programas de la asociación, explica que al ver que los pacientes que acudían a otras asociaciones en las que se les apoya únicamente con terapia psicológica recaían, ellos decidieron ofrecer algo más.

"Vimos que reincidían porque les faltaba solucionar muchos problemas de educación, trabajo y económicos o porque no tenían dinero para un internamiento", dice Ortiz Serrano.

Así definieron su ayuda a personas que no pudieran pagar rehabilitación, por medio de consulta externa, con terapias funcionales grupales e individuales, apoyados con bolsa de trabajo, asistencia jurídica y pedagógica y educación.

"El programa es para que tengan lo mismo que en un internamiento, sin estarlo y sin cobrarles, pero con el mismo resultado", agrega Leal, "trabajamos con la voluntad de la persona".

Cada caso se evalúa y recibe terapia psicológica de dos horas todos los días al principio, y poco a poco se le adapta un programa de acuerdo con sus necesidades.

"Armamos, según el caso, un plan de tratamiento para que, tras superar su adicción, se mantenga.

"Trabajamos en su voluntad y en su...

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