Su misión: Curar el alma

AutorEsmeralda Martínez, Sonia Torres y Claudia Mendoza

El NORTE/ Especial

El alma también se enferma de amor, tristeza y dolor y hay que curarla, pero aunque existan medicinas para su recuperación, también hay quienes la escuchan para darle consuelo.

La sicóloga y la siquiatra subliman el oído de quienes padecen un problema al dar en el punto exacto con sus consejos y llegar a la solución de una causa.

Se trata de profesionales que con sus palabras también acarician corazones, aunque hay una Doctora Corazón que no es precisamente la que sale en las revistas, sino alguien que con su nombre y profesión ha sabido curar y escuchar a sus pacientes.

Con sexto sentido

Hay quienes dicen que con tener una amiga es suficiente para desahogar los problemas, y no se descarta esta teoría, pero hay otras mujeres que estarían dispuestas a ayudar, aun cuando no se sea parte de su vida cotidiana.

Ellas son las sicólogas, quienes de manera profesional son tus confidentes.

"¿Quien mejor para escuchar a una mujer que alguien de su mismo género, para comprender lo que siente?", cuestiona Helen Martínez Nardea, sicóloga e instructora de yoga.

"Las mujeres somos muy intuitivas y quizá echamos mano de nuestros sentidos para adivinar lo que puede suceder en el futuro. A mí me ha pasado en consulta que me preguntan si soy adivina, pero les digo que sólo intuyo y escucho el lenguaje corporal.

"Además, las mujeres tienen ese sexto sentido de la intuición, porque se ponen a funcionar a la par los dos hemisferios en el cerebro: el derecho que gobierna la parte izquierda del cuerpo que representa lo femenino, y el izquierdo que domina la parte derecha que es lo masculino".

Esto significa que son más soñadoras y receptoras, mientras que los hombres son más esquemáticos, porque se dejan llevar únicamente por la razón y hasta llegan a ser dominantes.

Tiene 25 años de experiencia como sicóloga, dentro de los que lleva 13 como instructora de yoga.

"Soy sicoterapeuta infantil y de adolescentes; lo sigo siendo, pero desde un punto de vista holístico, porque a la vuelta de más de 10 años de trabajo llegó un momento que me sentía cansada y desgastada.

"Fue cuando recurrí a la yoga y descubrí que dentro de mí había un templo sagrado de paz en el que me recargo de energía", explica.

Como profesional señala que trata de ofrecer lo que sabe a los demás, sobre todo a las mujeres que son las anclas, no nada más de la familia, sino también de la sociedad.

Sobre la mujer en general, expresa que aunque en un inicio del mundo en todas las razas...

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