Misión: acariciar el pasado

AutorÓscar Álvarez

"Aguas engalanadas", llamaron los indígenas guaraníes al río que lo divide y da nombre. Sólo con ello podemos hacernos una idea de las agradables sorpresas que nos tiene reservadas Paraguay.

Asunción, "Madre de Ciudades"

El capitán Juan de Salazar y Espinosa eligió una bahía del río Paraguay para fundar Asunción el 15 de agosto de 1537. Nacía el enclave castellano con una gran importancia estratégica: la de ser enlace entre el Río de la Plata y el Alto Perú.

Por ello Asunción vería desfilar una comparsa febril de mercancías y conquistadores, siendo la base de operaciones que permitiera fundar casi una decena de ciudades sobre el río Paraná y sus tributarios. De aquí le viene el título de "Madre de Ciudades" que no ostenta en vano.

Capital del Paraguay independiente pasaría a ser durante el siglo 19 una metrópoli próspera, moderna y dinámica. Sin embargo, las guerras sucesivas con los países vecinos la hundieron en un prolongado marasmo del que apenas pareciera haber despertado hace unas décadas. El visitante encontrará en este ambiente sosegado uno de los originales atractivos asuncenos. Por lo demás las visitas a la ciudad bien merecen un par de días. Un centro lleno de evocaciones coloniales y decimonónicas, los balcones sobre el río y el Jardín Botánico.

Puebleando en caminos franciscanos

Gran parte de las atracciones se encuentran a poca distancia de la capital rumbo al este. El recorrido permite conocer los pueblos más antiguos de Paraguay, nacidos en torno a misiones de la orden franciscana, alguno de los cuales disfrutan de un entorno natural de gran belleza.

Justo renombre tiene Itaguá por ser la villa donde se elabora el famoso ñandutí o bordado de tela de araná. No muy lejos nos espera el lago Ypacarai, en cuyas orillas se asientan dos centros vacacionales: Areguá y San Bernardino.

Puntos de referencia del circuito franciscano son Capiatá, Caazapaá y Yaguarón, villas poseedoras de valiosos retablos, confesionarios y púlpitos del siglo 17.

La herencia colonial también está presente en Atyrá, que además de apellidarse "capital ecológica de Paraguay" por su celo ambiental, presume de ser la segunda ciudad más antigua, tras Asunción. Su artesanía en cuero nos distraerá de los tesoros franciscanos. De hecho el trabajo de los artesanos locales es uno de los puntos fuertes de la ruta. Si en Tobatí tienen fama la alfarería y las tallas de madera, en Luque la orfebrería maravilla con filigranas en oro y plata de una factura que rivaliza...

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