MIRADOR

AutorArmando Fuentes Aguirre

Hacer la comida es hacer la vida.

Cocinar es un acto de amor, el segundo quizás en importancia. O el más importante, a lo mejor, pues bien lo dice la sabiduría popular: "Primero comer que ser cristianos".

El amor es el mejor ingrediente de cualquier platillo. Es lo que le da sazón. Ni siquiera la salsa de San Bernardo hace que sepa tan bien un alimento. (La salsa de San Bernardo es el hambre. El santo varón hacía que sus frailes ayunaran todo un día a fin de que luego no pusieran reparos al magro y soso condumio que se les servía).

Benditos sean los guisanderos y las cocineras. San Pascualito, su santo patrono, los guarde muchos años y ponga en ellos el...

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