MIRADOR

AutorArmando Fuentes Aguirre

Variaciones opus 33 sobre el tema de Don Juan

Tibia era la noche, y clara, pues en las aguas del Guadalquivir se reflejaba el fulgor del plenilunio.

Don Juan paseaba por la vega sin otra compañía que la de su soledad. Se acostumbró a ella desde que sus amigos se fueron a otra noche que ahora él veía ya cercana.

En eso se cruzó con doña Elvira, a la que en un tiempo tuvo en su lecho y en su corazón.

La dama, hermosa todavía a pesar de sus años, iba con algunas de sus hijas y sus nietas.

Le preguntó a Don Juan:

-¿Os acordáis de mí?

-Perdón, señora -respondió el caballero sevillano-. No os recuerdo.

Doña Elvira no ocultó su mortificación. Ser olvidada por un hombre que la tuvo en sus brazos es gran afrenta para una mujer.

Al día siguiente...

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