MIRADOR

AutorArmando Fuentes Aguirre

San Virila salió de su convento y tomó el camino que llevaba al pueblo. Iba a pedir por el amor de Dios el pan para sus pobres.

Poco antes de llegar a la aldea vio a una niña que lloraba desconsoladamente. Su gatito había subido a lo más alto de un árbol y ahora, asustado, no podía bajar.

La madre de la pequeña le rogó al frailecito:

-Haz un milagro. Un movimiento de tu mano bastará para que el gatito flote en el aire y llegue hasta nosotros, o que baje por un rayito de sol que milagrosamente formará una escala.

San Virila no dijo nada, ni hizo el ademán que le...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR