MIRADOR

AutorArmando Fuentes Aguirre

Cuando Manuel José Othón estuvo en Monterrey, don Celedonio Junco de la Vega, también poeta, lo hizo subir a la azotea de su casa y le mostró las montañas que se levantan frente a la ciudad. El potosino hizo una frase. Dijo: "Son montañas épicas".

Hay una en especial que admiro. Está en la parte llamada "La Huasteca", y parece un castillo cuyas torres asaetean las nubes. Yo paso por ahí, y me parece hallarme ante una catedral.

Recibí un regalo de Antonio López Oliver, extraordinario acuarelista que vive en la ciudad de Othón. Pintó él esa cumbre para mí sin saber que por ella he sentido siempre la veneración que lo sagrado...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR