MIRADOR

AutorArmando Fuentes Aguirre

Doña Tana -su nombre es Martiniana- es viuda, y tiene un gato.

Los gatos son para mí un pedazo de selva en la casa, pero doña Tana le dedica al suyo mimos de enamorada. Le dice: "Ven, bonito"; "Baja de ahí, hermoso" y "Ten tu lechita, corazón". A su marido no le hablaba así.

El gato va y viene por la cocina como dueño. Estoy seguro de que piensa -porque los gatos piensan- que doña Tana es una criada que está ahí para servirlo. Cuando yo la visito me mira, receloso, y me vigila con mirada escrutadora. Doña Tana lo pone en su regazo. Pregunta: "¿Cómo ha estado?"...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR