MIRADOR

AutorArmando Fuentes Aguirre

Gracias al amistoso oficio del doctor Fernando Sandoval, digno rector del Instituto Campechano, pude visitar en su casa de Campeche a don Manuel Lanz Peña.

Don Manuel es un hombre extraordinario. Con su alba cabellera y su vellida barba tiene traza de apóstol o profeta. Y lo es, pues posee el don de la poesía, y los poetas son apóstoles y vates. Gran cultivador de la décima, cada una de las que ha escrito es una joya. La décima, llamada también espinela, es tan difícil de hacer como el soneto, y exige su misma acabalada perfección.

De manos de don Manuel recibí un libro.

A modo de tardía correspondencia le envío yo esta décima cuyo autor ahora no recuerdo. ¿La encontré leyendo a Prieto, a Palma o a Salado Álvarez? Quién lo sabe. Entiendo, sí, que es de un sacerdote a quien molestó la vanidad...

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