MIRADOR

AutorArmando Fuentes Aguirre

Me habría gustado conocer a Lilian Preston.

Solía asistir a cierta iglesia de Nueva Inglaterra a la cual llegó un nuevo pastor.

En su primer sermón el reverendo habló largamente del infierno, y describió en detalle sus tormentos eternales. La señorita Preston, que en ese tiempo tenía 90 años de edad, se puso en pie y dijo con voz fuerte y clara:

-Dios es amor.

Seguidamente se salió del templo. Tras ella salieron otros feligreses.

Entiendo que el Señor es justo y misericordioso, pero tengo para mí que su misericordia es mayor que su justicia...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR