MIRADOR

AutorArmando Fuentes Aguirre

San Virila salió de su convento. Iba a la aldea a pedir el pan para los pobres. La mañana era de las más frías del invierno. Caía una lluvia helada, y un viento gélido bajaba del cercano monte.

En eso San Virila oyó unos gritos. Un niño había caído al río; se iba a ahogar. Corrió el santo y ¡oh milagro! caminó sobre las aguas, llegó hasta el pequeño y lo sacó.

La madre, agradecida, besó...

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