MIRADOR

AutorArmando Fuentes Aguirre

En la oscuridad de la noche San Virila escuchó ayes que venían de la celda de fray Bruno.

Encendió una pequeña lámpara y fue a ver qué sucedía. A través del ventanillo de la puerta observó que el pobre fraile se estaba azotando la desnuda espalda con ramas espinosas. Tenía rasgada ya la piel; de sus heridas manaba sangre en abundancia.

Abrió la puerta San Virila y le detuvo el brazo a su hermano.

Le preguntó:

-¿Qué haces?

Respondió él:

-Estoy castigando a esta enemiga mía, la carne; que es mala y sucia, y me arrastra a la condenación.

-La carne no es enemiga nuestra, hermano "le dijo San Virila-, ni es sucia y mala como dices. Nuestro Padre la creó, igual que al alma. Es, por lo tanto, cosa buena. Debemos...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR