MIRADOR

AutorArmando Fuentes Aguirre

El otro día defraudé a los encargados de hacer el cobro en una carretera de doble vía.

Pagué, sí, el peaje. Pero era el amanecer, y en eso surgió el sol. La madre naturaleza -la hermana, la amiga, la amante naturaleza-, recién salida del baño, estaba aún cubierta con el rocío de la madrugada, y la vi engalanarse con una joyería rutilante que brillaba como un aparador de Cartier.

Y luego, al borde de la carretera, esa orla de hierba verde con espigas de un suave color indescriptible, palo de rosa o qué sé yo, que haría que todos los pinceles de todos...

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