Revisiones / Minimalismo que magnifica; grandilocuencia que anula

AutorEnrique Mijares

Es cosa sabida que nunca queda contento todo mundo. El Festival de Teatro Nuevo León 2003 no satisfizo a todos y eso que contó con un menú diseñado para complacer los gustos más variados. El problema estriba, supongo, en que los teatreros, esos jueces implacables, exigentes e insatisfechos con el trabajo ajeno, pero topos para el propio, asisten indiscriminadamente a las salas, así que muestran su displacer cuando se topan con obras pensadas para ojos distintos a los suyos.

En cambio, el público en general, el común y corriente, el verdadero público, el que siempre se sabe su papel, asume la convención teatral y se expresa sin cortapisas, ése tuvo muchos motivos de regocijo, eligió con cuidado, llenó las salas, aplaudió a rabiar, otorgó excelentes calificaciones a todos los espectáculos. A fin de cuentas, el Festival está dedicado al público regiomontano en ese sentido, los organizadores, el equipo de Roberto Villarreal, deben estar contentos: el propósito se cumplió con creces.

Por mi parte, con. eso y asumo una deformación profesional de la que no quiero desprenderme puesto que tiene que ver con la intención tanto social como artística en las nuevas tendencias del teatro a partir de la dramaturgia. No me conformo, pues, con que haya habido público para todo y que las encuestas cali. quen muy alto, así que voy a reseñar lo que de acuerdo con mi opinión conjuga la propuesta estética con el contenido social a partir de textos innovadores y una atingente factura.

Lo siento si en este empeño paso por alto todas aquellas obras que, si bien gozan de una buena taquilla, ven naufragar en la complacencia cualquier concepto de puesta en escena por brillante que fuere y anulan aun las actuaciones más comprometidas, porque adolecen de la elección de textos convencionales y/ o adaptaciones fallidas; porque se embarcan en baladronadas estentóreas y/ o escenografías que pretenden ser espectaculares y consiguen ser acartonadas; y, lo más grave, porque se les nota forzadas por las circunstancias, realizadas al vapor, para salir del paso y saldar como sea el compromiso cuando, como en la mayoría de los casos, son producto de un apoyo institucional.

Hoy por hoy, gracias a los buenos o. cios en la presidencia de Conarte de Alejandra Rangel, antes, de Carolina Farías, ahora, Nuevo León es uno de los estados con mayor presupuesto cultural en el país.

Tengo la impresión de que aquellos sindicatos que engordan a sus trabajadores con un cúmulo exagerado de...

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