Mineral de Pozos: La otra Comala

AutorJuan Manuel García

Mineral de Pozos es una población de viejas casonas de adobe, muros derruidos y minas abandonadas... un deleite para los amantes de los pueblos fantasma Si Juan Rulfo inmortalizó a la población ficticia de Comala en su novela "Pedro Páramo", Mineral de Pozos aún espera a su escritor para que la describa y descubra su misterio.

Entrar en ella es encontrarse con un pueblo fantasma donde los murmullos, las historias guardadas y el aire que la envuelve son de leyenda, pues se ha negado a subirse en el tren de la modernidad.

Ubicada al norte de Guanajuato y adscrita al municipio de San Luis de la Paz, Mineral de Pozos es un deleite para quienes gustan de los paisajes montañosos, los cielos despejados y el clima fresco.

En sus construcciones predominantemente españolas con influencia árabe se advierte el señorío que antaño tuvo esta región minera.

Prácticamente, esta población se encuentra "sitiada" por casi 200 minas que hoy están abandonadas y que, como plaga, se extienden entre la tierra árida y los suelos arenosos.

Para llegar hasta las minas hay que transportarse en automóvil y, en algunos casos, caminar un par de kilómetros para que la vista descubra a lo lejos las impresionantes construcciones de adobe y piedra volcánica.

Dicen sus habitantes que éste es un lugar de película, y para sustentar esa afirmación, cineastas y videoastas de varios países han elegido a Mineral de Pozos como locación.

Fue aquí donde John Gavin personificó a Pedro Páramo en la cinta de Carlos Vela, y también donde los directores Cliff Osmond y Jean Reno filmaron respectivamente las cintas El Penitente y El Hombre de la Máscara de Oro.

Algunas escenas del filme mexicano Dos Crímenes, basado en la novela de Jorge Ibargüengoitia, se incluyen entre las que se eligieron para inmortalizar el paisaje de este lugar.

Debido a su nula actividad económica, los últimos trabajadores mineros emigraron a mediados de la década de los 50, cuando se registraron las últimas explotaciones de plata, oro y cobre, principalmente.

Por ello, entre semana la población luce semidesierta, pues sus habitantes ahora trabajan en los municipios aledaños de Querétaro y San Luis de la Paz.

Sin embargo, al llegar el fin de semana, la mayoría de los 4 mil habitantes vuelve a sus casas para llenar de vida a la población.

En la pequeña plaza principal, además de algunas iglesias y construcciones dignas de captar con la cámara fotográfica, existen tiendas de abarrotes y comerciantes ambulantes cuyo...

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