Mil Máscaras: Leyenda viva

Han pasado 50 años desde que aquel joven, campeón de lucha grecorromana, y cinta negra en judo, llegó a Guadalajara para graduarse.

Luego de no ser apoyado para competir en las Olimpiadas de Tokio 64 por las autoridades, Mil Máscaras decidió entrenar con Cuauhtémoc "El Diablo" Velazco.

La técnica ya la poseía, la aprendió de su maestro Masato Yamada, un veterano japonés de la Segunda Guerra Mundial que le enseñó judo militar; sólo le faltaba saber cómo "darse en la madre", y en tres meses debutó en la capital jalisciense.

Sin revelar dónde nació, el legendario ídolo se dice tapatío por adopción, y fue en países como Guatemala, Francia, India, Australia, Pakistán, Japón y Estados Unidos donde consolidó su legado, con rivales ante Billy Graham y Jumbo Suruta.

Fue una lección de sencillez que recibió de su madre lo que lo catapultó al éxito, cuando luego de ganar un torneo de judo, ella lo puso a barrer la calle, pues lo notó muy agrandado.

"'Oiga, usted no es santo, no tiene aureola, ¡no se eleve! Entre más poder, más humildad, siempre vea al más humilde, al más pobre, al mismo nivel de sus ojos; al más encumbrado, al mismo nivel.' Jamás se me olvida", recordó "Mr. Personality", como se le conoce en Estados Unidos.

Protagonista de películas junto a Blue Demon y El Santo, confesó que de niño soñaba con ser torero, aunque su madre quería verlo vestido de sotana, y en su etapa de monaguillo aprendió latín.

Canek y Gran Markus se negaron a jugarse las capuchas con él, en tanto El Perro Aguayo se hizo el sordo cuando lo retó a una lucha de máscara contra cabellera.

Idolatrado por el ex...

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