Miguel Reyes González / Irresponsabilidad

AutorMiguel Reyes González

Hace una semana, el Gobernador Rodrigo Medina consideró una irresponsabilidad eliminar el impuesto a la tenencia vehicular. Nuevo León, dijo, está en una etapa de fortalecimiento de las finanzas públicas, por lo que requiere de ese gravamen.

Tal declaración, publicada por este periódico, se dio a raíz de que los legisladores locales del PAN anunciaron que someterían al Pleno del Congreso, esta semana, la iniciativa para derogar el mencionado impuesto.

Esa maniobra legislativa fue provocada por la demora que los priistas que integran la Comisión de Hacienda del Estado le han dado a la aprobación del dictamen. La propuesta fue presentada por los panistas el 3 de octubre para dar cumplimiento a una de sus promesas de campaña.

El odiado, por muchos, impuesto a la tenencia vehicular fue suprimido a partir de 2012 como contribución federal y pasó a los Estados la decisión de cobrarlo o no. Hasta junio de este año, siete entidades lo eliminaron por completo, sin condicionamiento alguno, dos lo siguen exigiendo tal cual y 23 lo recaudan con algunas excepciones o lo subsidian.

En Nuevo León, Rodrigo Medina lo impuso tan pronto como entró, para modelos con hasta cinco años de antigüedad. Ello, a pesar de que cuando andaba en campaña para la Gubernatura, dijo de manera reiterada que lo eliminaría.

Políticamente, la oferta de quitar ese impuesto se antoja muy redituable. Sobre todo porque en la memoria de muchos prevalece la idea de que ese gravamen ha sido uno de los mayores timos que el Gobierno le ha recetado a la población en materia fiscal.

Y es que, de acuerdo a la versión más conocida, el impuesto a la tenencia vehicular fue creado para financiar los Juegos Olímpicos de 1968. Empero, llegó para quedarse y quizá ello sea uno de los motivos principales del repudio a esa figura tributaria por quienes están obligados a pagarla.

No voy a hacer una defensa de este impuesto tal y como se ha aplicado en México. Sin embargo, ha estado mal planteado desde el principio y probablemente también sea eso una causa del malestar que origina.

A pesar de que el nombre de esta contribución establece que es sobre la tenencia o uso de vehículos, la realidad es que se asigna más bien a la posesión de éstos. Este gravamen no distingue el grado de utilización del coche.

En todo caso, como sucede en algunos países europeos, la carga fiscal en esa materia va...

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