Miguel B. Treviño / PRI contra su ADN

AutorMiguel B. Treviño

Quienes participamos desde las organizaciones de la sociedad en temas de la agenda pública somos malos para valorar lo bien hecho desde el gobierno. Desdeñamos el valor de la operación política eficaz en la solución de problemas públicos, batallamos para reconocer que quien ejerce el poder trabaja frente a disyuntivas en las que no hay camino que se ajuste al deber ser.

Incluso desde esta posición es imposible no haber visto el buen inicio de la Presidencia de Enrique Peña Nieto. Un trimestre bastó para marcar distancia con respecto al pasado, transmitir sentido del rumbo, evidenciar el profesionalismo de su equipo y dejar en claro quién es quién. Fuera de México lo reconocen como un inicio de pizarrón. Pero lo que gustó del inicio de Peña Nieto no fue haber presentado una nueva cara para una Presidencia emanada del PRI, es sólo un buen prototipo de su versión más tradicional. Una cara que se beneficia del contraste con las carencias más evidentes de 12 años del PAN en el poder.

El segundo trimestre del sexenio parece destinado a mostrarnos a un partido atrapado en su ADN cuyos años en la oposición no fueron tantos como para cambiar la carga genética. Ahí están la relación de complicidad con los gobernadores, la tolerancia a la corrupción, la incapacidad de innovar en las formas de relacionarse con la sociedad, la habilidad de absorber los temas de moda por la vía de la simulación.

La detención de Elba Esther Gordillo partió de la necesidad de quitarle estorbos al poder presidencial. Los voceros de Peña Nieto han sido cuidadosos en no generar expectativas falsas. El castigo a la corrupción de gran escala no está entre los objetivos de esta Administración.

Las iniciativas de los días posteriores a la elección eran urgentes cuando se desconocía qué tanto iba a crecer la protesta lopezobradorista y el Presidente electo necesitaba aparecer como un demócrata renovador. La emergencia pasó y ahora el órgano anticorrupción que ocupan el Presidente y su grupo es uno completamente descafeinado. De la promesa postelectoral de abrir de par en par la relación comercial entre los poderes y los medios ya ni se habla.

Muestra de cómo se entiende la relación con la sociedad desde el gobierno son los rituales alrededor del Plan Nacional de Desarrollo. Quienes participamos fuimos introducidos a la máquina del tiempo, sacaron los manuales intactos de los años ochenta para invitar a cientos de especialistas en diferentes temas sin que lo aportado tenga...

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