La migración de Betsabeé

AutorTeresa Martínez

Automóviles y refacciones en desuso son el transporte por el cual Betsabeé Romero invita a conocer su obra, en la que reflexiona acerca de la migración y la movilidad del ser humano.

A bordo de sus obras ha trazado su propio trayecto; en cada una de sus paradas establece contacto con comunidades que colaboran en la elaboración de las piezas, propiciando así una experiencia artística única.

Romero nació en 1963 en la Ciudad de México. Egresada de comunicación en la Universidad Iberoamericana y formada en el área artística en instituciones francesas, Romero encontró en el arte el medio más adecuado para plasmar sus ideas.

"Quería algo más práctico y por eso me fui al arte, ahí me sentí libre para reflexionar y decir las cosas como yo quería", externó.

Comenzó su trayectoria con la exposición "Miserere" en el Museo del Chopo en 1993, donde en pinturas mostró la ironía entre las apariciones religiosas y los paisajes volcánicos que con frecuencia estaban visualmente perdidos por la contaminación de la Ciudad de México.

En 1994 ganó el Gran Premio de Adquisición de la ahora Bienal Monterrey Femsa con la obra "Refugio para un lecho de rosas", un reconocimiento que la impulsó a seguir produciendo instalaciones.

"El aprendizaje de la instalación lo tomé de los altares de dolores y los altares de muertos que mi familia hacía; esta cuestión de lo efímero la aprendí más de la cultura mexicana", aclaró.

Un sedán Ford Crown Victoria Skyliner modelo 1955 forrado con 20 metros de lienzo pintado al óleo y con 10 mil rosas secas en el interior fue el primer coche que intervino.

La obra estuvo situada durante tres meses en la frontera entre Tijuana, México y San Diego, Estados Unidos, como parte de la Bienal Insite en 1997. Esos meses estuvo resguardada por los habitantes de la Colonia Libertad, en Tijuana.

En una zona donde existe un fuerte flujo de migración entre ambos países y una complicidad de los gobiernos, reflexionó Romero acerca de las apariciones de la Virgen y los milagros.

"Hay una impotencia como artista para incidir en la realidad y para cambiarla, y yo veía una complicidad tremenda, entonces mi mensaje (en la obra) era 'sólo una aparición'", recordó Betsabeé sobre la obra que actualmente pertenece a la Daros Collection, de Suiza.

La mayoría de los coches que ha intervenido, asegura la artista, han sido patrocinados por hojalateros de México y otros países.

Y no es que sea una fanática de los automóviles, más bien ella considera que estos...

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