Mientras duermes

AutorMaría Luisa Medellín

Cuando el periodo de hibernar termina, los osos dejan su refugio luciendo un sedoso pelaje y decenas de kilos menos sobre su cuerpo. Su nuevo aspecto no es sólo por dormir durante meses, sino por no comer en todo ese tiempo, gracias a que antes almacenan energía de los alimentos que consumen.

Sin embargo, existe la certeza de que el sueño sí genera un efecto saludable y hasta embellecedor, por algo será que los humanos pasamos un tercio de nuestra vida durmiendo.

Basta mirarse al espejo tras una noche de insomnio o pocas horas de descanso: serán notorias las ojeras, los ojos enrojecidos, la piel apagada, el desgano y el mal humor.

Durante el descanso nocturno el organismo no permanece inactivo. En ese lapso se liberan hormonas que ayudan a reforzar el sistema inmune, el crecimiento, el antienvejecimiento celular y la memoria, señala Francisco Guerrero Campos.

El integrante de la Sociedad Mexicana para la Investigación y la Medicina del Sueño menciona que la falta de descanso provoca que el cuerpo sea más vulnerable a padecimientos como infecciones por virus.

"Por eso, cuando existe fiebre o gripe, por ejemplo, se recomienda dormir, ya que en una de las etapas del sueño se estimula la producción de inmunoglobulina que permite al sistema inmunológico fortalecerse".

Además, la posición horizontal al estar acostado contribuye a que el cuerpo soporte menos peso que durante el día y que los músculos alejen la tensión, se relajen y regeneren.

"Los recién nacidos duermen muchas horas y la hormona de crecimiento que se libera en la fase de relajación profunda favorece su desarrollo óseo y la regeneración muscular", dice el especialista.

En los adultos jóvenes, la producción de esa hormona disminuye considerablemente, pero algunas teorías sostienen que sus funciones en esa etapa están relacionadas con el antienvejecimiento celular, por eso cobra tanta importancia dormir lo suficiente.

Los abuelos duermen menos, no alcanzan el sueño profundo como debieran y ése puede ser uno de los aspectos relacionados con el avejentamiento.

El dermatólogo Javier Barbosa indica que la piel de las personas que duermen el tiempo apropiado se deteriora menos que la de quienes no lo hacen.

"A la mañana siguiente de un sueño reparador, el espejo refleja una cara más fresca, una piel descansada y oxigenada.

"En cambio, al no dormir bien se altera el sistema nervioso que manda estímulos a la epidermis para que secrete algunas grasas que provocan erupciones, manchas, o que...

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