Microbús / Los palacios de Cachirulo

Unas cuantas semanas atrás, el actor y guionista Enrique Alonso, nuestro famoso "Cachirulo", recibió una especie de reconocimiento a su labor pro teatro infantil, y al ver su fotografía en los diarios (agradeciendo el gesto que los chicos de la prensa tuvieron para con él) recordé cuando, allá por mediados de los maravillosos años sesentas, y domingo a domingo, mis hermanos (Sonia del Carmen, Alma María de Jesús, Laura Lorena, Clara Isabel, Fernando Antonio) y el que esto escribe (Ignacio Ernesto) nos sentábamos frente al televisor, al igual que cientos de miles de chamacos de la edad, para ver el Teatro Fantástico, el foro en donde Cachirulo nos invitaba a ver y a escuchar un cuento más, no sin antes haberse bebido un vaso gigante conteniendo su espumoso, delicioso, chocolatoso y fabuloso Chocolatote Express vitaminado (y cosa rara, hoy, treinta y cinco años más tarde, me doy cuenta de las extraordinarias coincidencias que hay entre el Teatro Fantástico de entonces y ese Fantástico Teatro que es la política mexicana de hoy, tan llena, más que de Cachirulos, de Cachirules).

Como todos ustedes seguramente recordarán, Cachirulo vivía del cuento... ¿Y los políticos mexicanos?... también. ¡Nos cuentan cada cuento tan infantil!: "El Fobaproa ahora se llama Fondo para el Ahorro bancario (o algo así); "5 años después seguimos sosteniendo la teoría del asesino solitario en el Caso Colosio"; "Insistimos, lo que pasó en el aeropuerto de Guadalajara se debió a una confusión"; "El candidato del PRI a la gubernatura de Guerrero, René Juárez Cisneros, ganó limpiamente la...

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