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Microbús / La elegía del retorno

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Vincent

"Volveré a la ciudad que yo más quiero/ después de tanta desventura; pero/ ya seré en mi ciudad un extranjero." Esta es la primera estrofa de un poema de Luis G. Urbina (1864-1934) que lleva por título el mismo que encabeza nuestro microbús de hoy: "La Elegía del Retorno". Tenemos los mexicanos la muy ingrata costumbre de conservar en nuestra memoria a seres perfectamente olvidables (Antonio López de Santa Anna y Victoriano Huerta serían dos deleznables ejemplos de esto) y de olvidar a muchos compatriotas que honraron a su país. Esto no es bueno, ni es sano y podría indicar que tenemos más voluntad de rencor que de amorosa memoria. Hoy, por ejemplo, ya nadie recuerda a Luis G. Urbina, alguna vez llamado "el más mexicano de los poetas mexicanos". Porque a este microbusero conductor le molestan la desmemoria y el olvido de lo mejor de nosotros mismos es que ha decidido encender su vehículo y llevarlos a dar una vuelta por la vida y los hechos de Luis G. Urbina. Creo que en estos tiempos donde todo mundo se queja de la falta de oportunidades y de estímulos, es muy saludable recordar que Luis G. Urbina nació en condiciones de absoluta desprotección y miseria y que, desde esa adversidad, renunció a la quejumbre y optó por el trabajo hostil, intenso y cotidiano. Podría haber sido "un niño de la calle" pero prefirió no causar lástima, sino admiración. Así es como llegó a ser el discípulo predilecto de Manuel Gutiérrez Nájera y, a la temprana muerte de éste, Urbina será el cronista más respetado de la ciudad de México y un poeta de primera importancia en cuyos versos confluyen la tenue y mexicana melancolía y una muy rica cultura. La política, en la acepción más vil y tramposa del término, la hacen y la deciden unos cuantos, pero -como bien nos consta- afecta la vida de todos. Victoriano Huerta, instrumento dócil de la Embajada Norteamericana y del alto clero mexicano, traicionó a Madero, lo asesinó y se instaló a beber cognac en la silla presidencial. El gran poeta veracruzano Salvador Díaz...

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