Microbús / Centro Histórico

Nuestro microbús avanza el día de hoy a paso de rueda. Aquí no hay otra manera de avanzar, pues hemos llegado a lo que con cierta pomposidad han rebautizado como Centro Histórico, aunque todos los mayores de 40 años lo conozcamos sencillamente como el Centro y todos los mayores de 200 años (alguno quedará en la CTM) que lo conocían simplemente como la ciudad. Aunque yo no he viajado todo lo que hubiera querido, algo he viajado y algunas ciudades importantes del mundo he conocido; algunas las he encontrado horribles, otras me han parecido prodigiosas; pero en ninguna he encontrado esa íntima convivencia entre la mugre y la grandeza; la sordidez y el prodigio; el edificio maravilloso convertido en un muladar; los fantasmas de los señores de Tenochtitlan y de la época colonial cohabitando con los ambulantes, los concheros, los comerciantes y toda la extraña fauna que hoy pulula por esa zona que alguna vez fue residencia de los poderosos y que hoy está arrasada de vecindades donde se hacinan los miembros de la parte alta de la clase baja. Ese es nuestro Centro Histórico; una maravilla vulnerada por el tiempo y la incuria.

Según yo sabía hay una serie de proyectos para rescatar el famoso Centro Histórico. En la mayoría de ellos, más que una verdadera voluntad de restaurar la grandeza de esta ciudad, lo que se descubre es, para no variar, la ambición, la secreta estrategia para rescatar vecindades y tugurios, echar de ahí a la gente que por décadas ha vivido y revaluar al máximo los terrenos del Centro Histórico tal como han hecho en muchas capitales del mundo, donde ôvivir en el Centroö ha vuelto a ser un signo de elegancia y de refinamiento. Me da gusto por aquellas ciudades; pero creo que aquí en México el asunto es infinitamente más complicado y lo es porque se haya densamente poblado y, aunque algunos parezcan dudarlo, esos habitantes y esos vendedores ambulantes son mexicanos y son humanos enormemente respetables por ambos conceptos. ¿Qué quieren hacer con ellos? ¿Dónde los quieren poner para que no le afeen el paisaje a María Félix y a sus invitados?.

Una breve anécdota: desde hace algunos años se lleva a cabo el Festival del Centro Histórico; suele ser muy lucido aunque implica la contradicción de que por los precios y el tipo de espectáculo el Festival encuentra a la mayoría de su clientela entre las clases altas que ya no viven en el Centro y que, además pueden ir por el mundo de festival en...

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