El Valedor/ México siempre fiel...

México, 30 de julio de 1811 - 30 de julio del 2002. Paisanos, tengan presente, no se les vaya a olvidar. No se les olvide que fue un día como hoy, pero de hace 191 años, cuando en la ciudad de Chihuahua, Chih., fue fusilado don Miguel Hidalgo y Costilla, al que previamente había excomulgado Manuel Abad y Queipo, obispo de Michoacán. Y las vueltas que da la Historia: hoy, martes, 191 años más tarde, los mexicanos reciben la visita del máximo jerarca de ese credo religioso que por conducto de su Tribunal de la Inquisición había formulado al cura 53 cargos, para terminar azotándolo con la excomunión fulminante. La defensa del Libertador:

"Todas mis acciones estuvieron fundadas en el derecho que todo ciudadano tiene cuando cree que la patria está en riesgo de perderse".

La voz de la Iglesia Católica. Arzobispo Lizama, octubre de 1810:

"Hijos míos, no os dejéis engañar: el cura Hidalgo, procesado por hereje; no busca vuestra fortuna sino la suya; como ya os tenemos dicho en la exhortación del 24 de septiembre: Ahora os lisonja con el atractivo halagüeño de que os dará la tierra: no la dará y os quitará la fe; os impondrá tributos y servicios personales, porque de otro modo no puede subsistir en la elevación a que aspira y derramará vuestra sangre y la de vuestros hijos".

En la Nueva España de entonces existían 29 centros culturales. Templos católicos había once mil ciento dieciocho. Así, quien levantó un pueblo en armas lo pagó con su vida luego de que sobre su cabeza cayó todo el peso de la excomunión. Aquí, revelador, un trozo del documento que, fechado el 24 de septiembre de 1810, firma Abad y Queipo, más tarde sospechoso, él también, ante el Tribunal de la Inquisición:

La Nueva España (...) se ve hoy amenazada con la discordia y anarquía, y con todas las desgracias que la siguen. El cura de dolores don Manuel Hidalgo (...) levantó el estandarte de la rebelión y encendió la tea de la discordia y anarquía, y seduciendo una porción de labradores inocentes les hizo tomar las armas; y cayendo con ellos sobre el pueblo de Dolores el 16 del corriente al amanecer, sorprendió y arrestó los vecinos europeos, saqueó y robó sus bienes...

Como la religión condena la rebelión, el asesinato, la opresión de los inocentes; y la madre de Dios no puede proteger los crímenes; es evidente que el cura de Dolores, pintando en su estandarte de sedición la imagen de nuestra Señora, y poniendo en su referida inscripción, cometió dos sacrilegios gravísimos...

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