México Channel / En la morada de la noche

AutorHarry Moller

Hace 17 siglos, los habitantes del reino de Totonacapan conocieron una ciudad gemela al Tajín, a la que llamaron Yohualichan, que significa "casa de la noche", por las ceremonias rituales que ahí se efectuaban al caer el Sol.

En la actualidad, viajar hacia la zona arqueológica de Yohualichan es un placer, especialmente por la visita a Cuetzalan, que es algo así como un nido de águilas en la Sierra Norte de Puebla.

De Cuetzalan ("lugar de quetzales") se ha escrito mucho, y se seguirá escribiendo, por su riqueza paisajística de selva húmeda alta y su historia. En este sitio, una especie de isla étnica, los nativos nahuas quedaron rodeados por pueblos totonacas, como lo explicó el doctor Eduardo Morante, fundador del museo étnico de la región.

Poco antes de llegar a Cuetzalan, la carretera pasa junto a una muy alta cascada, La Gloria, que cae sobre el río Aculco y te obliga a contemplarla. Todo alrededor es humedad verde; tanta, que los helechos alcanzan tres metros de altura.

Pero estamos en camino a Yohualichan, que queda a unos 7 kilómetros, y se llega a través de una ruta de terracería. Si no quieres entrar por ahí con tu vehículo, hay servicio de transporte. Ya en el sitio arqueológico hay sanitarios, estacionamiento y señalización.

Te reciben varias edificaciones monumentales ubicadas en el declive de una colina, con explanadas naturales y terrazas construidas para sostener varios basamentos, cada uno de los cuales presenta un gran número de nichos cuadrangulares, además de muchos otros ornamentos arquitectónicos.

Por supuesto, hay un juego de pelota con 96 metros de longitud, lo que va de acuerdo con la gran importancia del lugar. Es tanto el...

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